domingo, 21 de noviembre de 2010

Poema 15- Pablo Neruda


Me gustas cuando callas porque estás como ausente,
y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.
Parece que los ojos se te hubieran volado
y parece que un beso te cerrara la boca.

Como todas las cosas están llenas de mi alma
emerges de las cosas, llena del alma mía.
Mariposa de sueño, te pareces a mi alma,
y te pareces a la palabra melancolía.

Me gustas cuando callas y estás como distante.
Y estás como quejándote, mariposa en arrullo.
Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza:
déjame que me calle con el silencio tuyo.

Déjame que te hable también con tu silencio
claro como una lámpara, simple como un anillo.
Eres como la noche, callada y constelada.
Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo.

Me gustas cuando callas porque estás como ausente.
Distante y dolorosa como si hubieras muerto.
Una palabra entonces, una sonrisa bastan.
Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.




viernes, 19 de noviembre de 2010

Adiós- Ramnusia


Tu presencia está en mi memoria, tu mirada grabada en mis ojos, tu voz penetra en mis oídos recordando su tono tan tierno, tu sonrisa invade mis recuerdos… ¿Qué debo hacer?... Tú aun estás en mí… Vuelve por favor… ¿Debo decir tu nombre e invocarte?... Alucino tu rostro a cada momento. Una imagen que se desvanece… ¿Debo dejarte ir?...
No hay tranquilidad dentro de mí. Cada pregunta me lleva a otra en lugar de a una respuesta… ¿Estás bien?... El eco de tu voz trae a mi mente el recuerdo de tu risa… ¡Qué malvado es el destino!... Debo dejar de culparlo… ¡Qué inútiles mis pensamientos!...
Sigo escuchando mi voz pronunciando tu nombre una y otra vez.
“¿Quién eres tú? Tú no eres quien yo conocí”… Tus palabras retumban en mi mente con tanta fuerza que caigo de rodillas… Pronuncio tu nombre en un intento desesperado por llamarte… No me escuchas, das media vuelta y te vas caminando sin mirar atrás, dejando así la habitación sumergida en un silencio que solo es interrumpido por un sollozo ahogado.
Grito tu nombre una vez más… Lejos de aquí tu mirada se enciende, sabes que te estoy llamando, pero sigues tu camino sin regresar a despedirte… “Es lo mejor” piensas, pero antes de eso dijiste que volverías cuando yo fuera de nuevo la persona que fue todo para ti…
Cuando observé tu mirada antes de tu partida supe que ya no volverías, sin importar que ahora soy yo de nuevo… La decisión estaba tatuada en tus ojos…
Sigues caminando mientras tus ojos se anegan en lágrimas que tratas de contener con todas tus fuerzas… Una gotita resbala por tu ventana… En ese instante, aun postrada de rodillas, caigo en la cuenta de que te pierdo, entonces lanzo un grito al vacío antes de perder la conciencia.
Sigues caminando con tanta determinación que casi nada te detiene, sólo un grito apagado que quizá alucinaste… Continúas tu camino…
Un resplandor que llega de no sé donde me regresa a la realidad… Aún, estando aparentemente en calma, corren lágrimas de mis ojos como por voluntad propia… Reacciono y corro tras ese resplandor siguiendo tus pasos… Uno, dos, tres, cuatro pasos y caigo ante el viento que trata de impedir que te siga… Me levanto y sigo corriendo…
Estiro mi brazo tratando de tocarte, pero aun no te alcanzo… “¡Voltea hacia atrás! ¡Mírame!”... No escuchas mi súplica… El resplandor de aleja poco a poco dejándome cada vez más en la oscuridad…
Grito tu nombre de nuevo… Por fin me escuchas, volteas y me ves corriendo tras de ti… Alzas tu mano en un gesto amable, pero con una expresión melancólica sólo pronuncias una palabra… “Adiós”… Me paralizo al escucharlo… Te volteas de nuevo y te desvaneces dejándome en una oscuridad absoluta…
“Adiós, adiós, adiós”… El eco de esa palabra resuena en mi mente… Cierro los ojos… Ya no siento nada… Me hundo en la oscuridad… Adiós.





miércoles, 17 de noviembre de 2010

Alma Rota - Ramnusia


Ya corazón, deja de latir,
Pues mi cabeza no quiere pensar
En la caricia que dejé de sentir
Cuando en mi mundo dejé de soñar.

Caminando así desaparezco
Y me alejo más de la realidad,
Hacia un mundo donde perezco,
Donde no existe la gravedad.

Donde no existe razón al llanto,
Donde no existe la tentación,
Donde no escucho ya ningún canto,
Donde no late mi corazón

Cierro los ojos. Estoy dormida.
Mi cuerpo inerte sólo quedó,
Dejando un cuerpo vacio y sin vida,
Y un alma rota que se perdió.

martes, 16 de noviembre de 2010

Torbellino de Recuerdos- Ramnusia

Estaba sentada en medio de un mar de personas que hablaban y gritaban palabras sin sentido para mí. Un nombre por aquí, un insulto por allá, más palabras que volaban sobre mi cabeza rozando mi cabello.
Más gritos e improperios dirigidos a no sé quién, regaños a voz en cuello de una voz más conocida para mí.
“Bla, bla, bla, bla [nombre] bla, bla, bla” es todo lo que yo escuchaba.
Un torbellino en escala de grises me atrapa dentro de sí, vuelo mientras esto sucede… Árboles, animales, casa, retratos, personas conocidas y desconocidas pasan frente a mis ojos…
Una gama de colores distrae mi mirada… Una sonrisa tan conocida para mí aparece y desaparece antes de que la lágrima que salió de mis ojos llegue a mis labios.
Una presencia a mi lado me abraza y me dice al oído “estoy aquí”… Sonrío y me acurruco a su lado… “Siempre estaré contigo”… Pero en ese instante se va, llevándose mi sonrisa y mis secretos consigo, dejándome con un vacio desconcierto a mi alrededor mientras recuerdo que sigo dando vueltas en ese torbellino gris y cruel que me muestra imágenes de mis recuerdos olvidados… Una voz que dice “estoy orgulloso de ti”… Un abrazo deseando buena suerte… Un beso en la frente… Risas y discusiones vuelan sin orden en el torbellino…
Voces de tantas personas que no alcanzo a distinguir lo que dicen… “Eres una decepción”… Esa frase cala en mi mente… Una lágrima que se lleva el viento…
Desconcierto a mi alrededor… Dolor… Entonces entiendo qué es lo que pasa: estoy perdida entre mis recuerdos tratando de encontrar lo que hice mal… Lo encontré… “Adiós”… “¡No te vayas!” grito a mi recuerdo, pero este se desvanece con todos los demás…
Y sigo volando… Las pesadillas me invaden… ¡No! No te vayas… Por favor quédate… Grito su nombre sin parar…
"¡SILENCIO!"
La voz de la maestra de química me regresa al salón de clases. 
“Los anhídridos son…”
Respiro hondo y comienzo a anotar.




lunes, 15 de noviembre de 2010

Mi Secreto- Amado Nervo




¿Mi secreto? es tan triste, estoy perdido
de amores por un ser desaparecido,
por un alma liberta,
que diez años fue mía, y que se ha ido...
¿Mi secreto? Te lo diré al oído:
¡Estoy enamorado de una muerta!

¿Comprendes -tú que buscas los visibles
transportes, las reales, las tangibles
caricias de la hembra, que se plasma
a todos tus deseos invencibles-
ese imposible de los imposibles
de adorar a un fantasma?

¡Pues tal mi vida es y tal ha sido
y será!
Si por mí sólo ha latidos
su noble corazón, hoy mudo y yerto,
¿he de mostrarme desagradecido
y olvidarla, no más porque ha partido
y dejarla, no más porque se ha muerto?